Un viaje de estudio de la Frontera de los EEUU y de mas allá de la Frontera
Por nuestro Moderador Emeritus: Rev Jose Luis Casals
Fui parte de un grupo de 15 presbiterianos de diferentes trasfondos culturales, raciales y generacionales que visitamos las fronteras de USA/México, México/Guatemala y Guatemala/El Salvador desde el 23 de enero al 1ro de febrero del 2015. Estuvimos en hospicios dirigidos por organizaciones presbiterianas y ecuménicas. También visitamos entidades oficiales y organizaciones con quienes tenemos convenios de misión. Escuchamos testimonies de mujeres, hombres y niños compartiendo las razones que les movieron para tomar la decisión de comenzar el largo y difícil viaje hacia el Norte. Nos enfrascamos en discusiones bíblico-teológicas acerca de las causas que mueven a las personas a emigrar y descubrimos que la actual ola de inmigración tiene sus raíces en décadas de pobreza, fallidas políticas gubernamentales, familias disfuncionales, falta de protección a la niñez y la juventud, y una violencia generalizada que está plagando el triángulo norte de América Central, formado por Guatemala, Honduras y El Salvador. Como resultado de esas experiencias, aquí está este informe en donde también esbozo algunas ideas fruto de mi reflexión personal durante estos días: Los problemas de inmigración nos tocan a todos independientemente de quiénes somos y dónde vivimos. Con excepción de los nativo-americanos quienes estaban aquí antes que los europeos llegaran, todos tenemos raíces inmigrantes. Esta realidad es igual o similar en todos los países que visitamos; lo diferente es la forma en que cada país enfrenta esta realidad y trabaja con ella. La migración es un derecho de todo individuo. La migración no es el problema, el problema es el injusto sistema de leyes migratorias que hemos creado para responder a esa necesidad humana. Muchas veces escuchamos que nuestro Sistema Migratorio no funciona y eso mismo ocurre en los países que visitamos. Hay una característica común que describe a todas las fronteras independientemente del país de que se trate, “La Frontera es un espacio de encuentro”. Las personas vienen de diferentes países con sus sueños y frustraciones buscando algo distinto para ellos y sus familias. Traen sus tradiciones y su trasfondo cultural y de pronto, y sin previa preparación, conocen a otras personas de diferentes culturas y tradiciones en ese espacio llamado la frontera mientras esperan por la oportunidad de cruzar de una realidad que quieren abandonar a otra realidad muy similar a la que dejaron atrás. En las conversaciones con las personas de Centroamérica, descubrimos que lo que les mueve a cruzar las fronteras es la simple aspiración humana por un mundo mejor, sin hambre, explotación y violencia. Sin embargo, la realidad de su condición de indocumentados les hace despertar muy temprano de su sueño e incrementa los niveles de su frustración. Tráfico de drogas e inmigración no son lo mismo. Muchas veces los inmigrantes son víctimas inocentes o “chivos expiatorios” del crimen organizado, la policía o las autoridades fronterizas a lo largo de la ruta de los inmigrantes desde América Central hasta los E.U. Necesitamos tener mano dura para combatir el crimen organizado y, a la vez, extender nuestras manos compasivas hacia aquello cuyo único crimen es ser pobres y víctimas de la violencia. Las condiciones actuales de los países que visitamos son precarias. Los actuales tratados comerciales que Estados Unidos tiene con estos países no están respondiendo a las necesidades reales de esos lugares. Ellos necesitan tratados comerciales más justos que distribuyan la riqueza entre todos los sectores de la sociedad, protegiendo especialmente a aquellos con menos posibilidades. Nuestros actuales tratados comerciales benefician solo a pequeños sectores de la sociedad y empobrecen a los sectores campesinos y de clase media. Durante nuestra visita en El Salvador, el Papa Francisco, declaró a Monseñor Oscar A. Romero (Antiguo Arzobispo de San Salvador) mártir de la iglesia, un paso más en el proceso de canonización como santo de la iglesia Católico-Romana. Monseñor Romero denunció muchas veces la explotación y violación de los derechos humanos de las clases más pobres en El Salvador por parte de las fuerzas armadas y les exigió respeto hacia esos desprotegidos. Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa en una pequeña capilla de un hospital. Fue baleado al terminar su sermón e ir al cetro del altar. Estoy seguro que el día en que sus ideas sean una realidad no habrá más necesidad de que las personas arriesguen sus vidas cruzando fronteras en busca de una tierra prometida porque la verdadera promesa de Dios será factible en su propia tierra.
EL MOVIMIENTO SANTUARIO
En la Iglesia Presbiteriana Southside en Tucson, AZ el Rev. John Fife HR compartió con nosotros la historia del Movimiento Santuario. En 1980, Jim Corbett (Cuáquero), Jim Dudley (Cuáquero), John Fife (Presbiteriano) y un pequeño grupo de otros residentes de Tucson, Arizona comenzó a proveer ayuda material, legal y financiera a refugiados Centroamericanos. Esta decisión, que estaba en abierta oposición a las leyes federales, tenía su inspiración en las historias estos refugiados, conversaciones personales entre ellos y sus convicciones religiosas. El 24 de marzo de 1982 al cumplirse el segundo aniversario del asesinato del Arzobispo de San Salvador Oscar A. Romero, el Rev. Fife quien era pastor de la Iglesia Presbiteriana “Southside” en Tucson, después de compartir sus preocupaciones con líderes de su iglesia, declaró que su iglesia sería un santuario público para brindar asilo y ayuda. Colocó dos carteles afuera de su iglesia con las siguientes inscripciones: “Esta iglesia es un santuario para todos los oprimidos de América Central“ y un alerta a las autoridades migratorias que decía, “No profanen el Santuario de Dios”. Un numeroso grupo de Iglesias, sinagogas y grupos estudiantiles siguieron este ejemplo y en 1985 el Movimiento Santuario se organizó como Estas son las fronteras oficiales que cruzamos en el viaje: Douglas AZ -USA/Agua Prieta – México; Tapachula - México/Tecum Umán – Guatemala; y San Cristóbal - Guatemala/El Salvador. Foto de los 15 participantes (de derecha a izquierda): Rev. Jose Luis Casal (Texas), Rev. Leslie Scott Vogel – facilitadora (PCUSA Mission Worker en Guatemala), Susan Krehbiel – facilitadors (Presbyterian Disaster Assistance), Neil Bolkcon (Washington State), Asefa Melka Wakjira (St. Francisco Th. Seminary- Estudiante international de Etiopia), Paul Seebeck (Presbyterian News Service, Louisville, KY), Rev. Kathy Gorman Coombs (Albany, NY), Dori Kay Hjalmarson (St. Francisco Th. Seminary - Estudiante), Velta Upeslacis (New York), Linda Valentine (Directora de la Presbyterian Mission Agency - Louisville, KY), Diana Wright (San Francisco, CA), Rev. Leslie Belden (Arkansas), Omar Chang – facilitador (PCUSA Mission Worker en Presbyterian Border Ministries - El Paso TX), Barbara Clark (California), Judith Ward (California) Este es el cruce “no oficial” de la frontera entre México and Guatemala. Mientras cruzábamos el puente oficial que divide ambos países, decenas de personas cruzaban en lanchas el Río Usumacinta en ambas direcciones. Este es el borde entre Douglas AZ (USA) y Agua Prieta, Sonora (México). Esta cerca tiene 27 pies de alto y en algunas áreas es aún más alta. movimiento nacional con alrededor de 500 iglesias y locales en todo el país. Este movimiento tenía sus raíces en la antigua tradición judía de ciudades santuarios. En el Antiguo Testamento, Dios le ordena a Moisés establecer ciudades de refugio en Canaán en donde los perseguidos podían encontrar refugio y asilo. Este mismo concepto también se encuentra en la ley romana, la ley canónica medieval y la ley civil inglesa. El movimiento también apelaba a la historia de los E.U., incluyendo el movimiento abolicionista, el traslado de judíos desde Europa a E.U. durante la Segunda Guerra Mundial, las luchas por los derechos civiles en los años 60 y la imagen de los E.U. como tierra de inmigrantes. En 1986, el Departamento de justicia acusó a dieciséis religiosos de Estados Unidos y México de 71 cargos por “conspiración y alentar y ayudar a extranjeros ilegales para ingresar a Estados Unidos por la frontera, albergándoles y transportándoles". Los acusados reclamaron su derecho constitucional al libre ejercicio de su religión protegidos por la Constitución y el derecho internacional. Enarbolaron el reclamo del libre ejercicio de la primera enmienda, argumentando que simplemente vivían su fe brindando refugio a sus hermanos necesitados. Una coalición de ocho organizaciones religiosas también estableció una demanda contra el Procurador General y Director del INS. El movimiento ganó la simpatía del público y en 1990, el Congreso y el Senado aprobaron un proyecto de ley para conceder estatus de protección temporal (TPS) a centroamericanos que necesitaban un refugio seguro. En 1997 el Congreso de los E.U. aprobó la Ley de Ajuste Nicaragüense y el Acta de Protección para Centroamericanos, dándoles a las personas cubiertas bajo esa ley, la oportunidad de aplicar para la residencia permanente. “Es sorprendente escuchar sobre el comienzo del Movimiento Santuario y lo valientes que fueron sus fundadores” dijo Linda Valentine, Directora de la Agencia Presbiteriana de Misión de la Asamblea General. No todos los presbiterianos están de acuerdo sobre cómo responder ante la creciente crisis migratoria. Algunos se preocupan sobre las implicaciones económicas para mantener una creciente población inmigrante y una política migratoria adecuada. Pero la Iglesia de Southside en Tucson, así como otras Iglesias presbiterianas tienen la esperanza de que mientras se negocian los detalles de una nueva política migratoria, no nos olvidemos de las personas reales que están sufriendo las consecuencias ni tampoco de nuestro llamado de cuidar a los extranjeros que están entre nosotros
REFUGIOS PARA INMIGRANTES INDOCUMENTADOS EN LA FRONTERA
Después de cruzar la frontera entre Douglas-US y Agua Prieta/México, visitamos varios refugios que proveen ayuda e información a las personas deportadas desde los E.U. o a aquellos que están en tránsito hacia los E.U. El "Centro de Atención al Migrante" en Agua Prieta, México es uno de ellos. El “Centro” es parte de un proyecto ecuménico entre Frontera de Cristo (Ministerio Presbiteriano de Frontera) y la Parroquia Católica de La Sagrada Familia en Agua Prieta, México. Este Centro provee alimento y techo a los migrantes que van o ya intentaron cruzar la frontera en dirección a E.U. El Centro también provee alimentos y un lugar donde dormir a aquellos que han sido deportados de los E.U. Además de comida y cama, el Centro provee ropa, zapatos, consejería, asistencia legal y servicios de comunicación entre los migrantes y sus familias. Además de esto, el Centro provee apoyo espiritual a aquellos que vienen deportados después de pasar tiempo en cárceles y/o hospitales. Allí conocí la historia de Miriam, joven madre de 25 años quien lloraba desconsoladamente. Una de las Hermanas me invitó a hablar con Miriam quien sin parar de llorar, me dijo cómo había enviado a su bebé de dos años con un coyote para llevarlo junto a su esposo y padre del bebé que vive en California. El bebé pasó pero a ella la detuvieron y la deportaron. Miriam estaba destrozada y confundida. No tenía ninguna información de su bebé ni de su esposo y no sabía qué hacer. No existen palabras para mitigar el dolor de esta madre. Solo le repetí que su criatura estaba en las manos y al cuidado de Dios. A la izquierda el Rev. John Fife HR (Ex Moderador de la Asamblea General de la PCUSA, Co-Fundador del Movimiento Santuario y ex pastor de la Iglesia Presbiteriana Southside (SPC) in Tucson, AZ. Junto a él aparece Pati Barceló, una inmigrante guatemalteca quien vino a los E.U. cuando tenía 10 años y recibió ayuda de la SPC. Hoy ella es ciudadana americana, está casada y tiene una pequeña niña. A la derecha Rosa Robles quien está recibiendo Santuario en SPC. En la foto también aparece el Rev. Mark Adams, director de Frontera de Cristo en Douglas/Agua Prieta También visitamos La Parroquia Católica de La Sagrada Familia en donde compartimos la cena con los migrantes que están en tránsito de regreso a sus hogares o tratando de cruzar la frontera. Compartimos la cena que los migrantes reciben (tortillas, frijoles y pollo) y de tomar, agua o café.
De Agua Prieta viajamos por tierra a Hermosillo, capital del estado de Sonora y allí tomamos un vuelo a Tapachula, una ciudad mexicana en la frontera con Guatemala, en donde visitamos “La Casa de Jesús El Buen Pastor de los Migrantes.” Este es un refugio que provee ayuda y apoyo a los migrantes que han sido heridos y/o mutilados durante su viaje desde sus países hacia los E.U. Este refugio aunque trabaja con la Iglesia Católica no es propiedad de la iglesia, fue fundado por Olga Sánchez Martínez (“Doña Olguita”) quien hace 20 años fue diagnosticada con una enfermedad terminal y decidió dedicar el resto de su vida a ayudar a otros. Comenzó su labor llevando migrantes mutilados a vivir con ella en su casa. Finalmente con sus ahorros compró un pedazo de tierra para construir el refugio. Muy pronto su acción filantrópica fue conocida y comenzó a recibir donaciones y apoyo así como reconocimientos de organizaciones nacionales e internacionales. En este refugio conocí a Virgilio un inmigrante hondureño que llegó a los E.U. hace 6 años para trabajar en construcción y en la agricultura. Se estableció en New Jersey pero fue detenido en Indianápolis y deportado a Honduras. Inició el largo camino de regreso desde Honduras a Los E.U. y en territorio mexicano se subió al tren de carga llamado “La Bestia” que transporta mercancías y productos desde México a los E.U. Miles de centroamericanos y mexicanos usan este tren para cruzar el territorio mexicano con rumbo a los E.U. sentados en el techo de los vagones de carga, apiñados y con riesgo de caerse. Virgilio no tuvo suerte, cayó del techo y sus piernas fueron cercenadas por las ruedas del tren. Ahora Virgilio espera recibir un par de prótesis que le permitan regresar a New Jersey en donde dejó su “sueño americano”. Le pregunté, “¿te arriesgarías de nuevo en ese viaje?” “Si -contestó- en mi país no tengo trabajo, ni tengo una verdadera vida.”
De Tapachula, cruzamos la frontera hacia Guatemala donde visitamos “La Casa del Jesús Migrante”, otro refugio localizado en el pequeño pueblo de Tecum Umán. Este refugio de la Iglesia Católica recibe migrantes en tránsito hacia los E.U. El refugio provee de ropa, zapatos, una cama para dormir y comida para que continúen su viaje. Ofrecen también charlas sobre los peligros del viaje y como resultado muchos de ellos deciden regresar a sus países. En este centro estaban 10 cubanos. Conversé con Lester de 26 años quien viajaba con su esposa que estaba embarazada y Tony de 27 años quien también viajaba con su esposa. Ellos recibieron visa para viajar de Cuba a Ecuador y desde allí cruzaron Colombia, Panamá, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Cruzando una de estas fronteras fueron asaltados y les robaron todo su dinero. Así que en ese momento ellos estaban estancados en Tecum Umán. Su sueño es llegar a los E.U. ya que las leyes especiales para los cubanos en este país les confieren automático status de refugiados si logran pisar territorio americano.
REUNIONES CON ENTIDADES OFICIALES Y GUBERNAMENTALES
Mientras estábamos en Douglas AZ visitamos el ministerio "Frontera de Cristo" donde el Rev. Mark Adam es el Coordinador. Mark nos llevó a conocer el sólido muro de hierro que separa México de los E.U. Se trata de una cerca hecha de rieles de ferrocarril de 27 pies de alto construida hace solo 2 años para reemplazar la vieja cerca de 8 pies de alto. Vimos los enormes reflectores iluminando el área de México, las torres con cámaras y los vehículos blindados de la patrulla fronteriza parqueados o moviéndose a lo largo de la cerca. El costo de esta cerca fue de $1.7 millones de dólares por milla. A este costo inicial, hay que agregarle el creciente costo de mantenimiento en hombres y equipos para hacer funcionar todo el complejo sistema de la cerca. ¡Piensen en todo lo que se podría hacer con ese dinero en términos de desarrollo económico en México para eliminar la necesidad de emigrar! Llegamos a un punto en donde había un pequeño memorial y Mark compartió con nosotros la historia de Carlos Lamadrid, muerto por la Patrulla Fronteriza por ser sospechoso de transportar drogas. Mark explicó que años después en una investigación del FBI se declaró que no hubo razones para causar esa muerte pero el agente que mató a Carlos no fue enjuiciado y el caso fue desestimado. Mark también explicó cómo el tráfico de drogas se ha incrementado dramáticamente en los últimos 15 años, siendo los jóvenes el principal blanco de los carteles como consumidores y distribuidores de la droga. También visitamos la Estación de la Patrulla Fronteriza en Douglas, AZ. Los agentes que recibieron a nuestro grupo fueron muy gentiles e hicieron todo lo posible para hacernos sentir bienvenidos. Aquí escuchamos la otra cara de la historia. Enfocados en el tráfico de drogas, los agentes nos explicaron todo lo que ellos hacen para proteger nuestras fronteras. El incremento en el tráfico de drogas mencionado por Mark fue documentado con estadísticas y cuadros comparativos. Uno de los agentes incluso mencionó como sus convicciones de fe le ayudaban a realizar este trabajo. Mientras escuchaba esta presentación me di cuenta de que Mark y los agentes estaban describiendo dos diferentes realidades. Mark se enfocaba en el factor humano de la inmigración y los agentes en el factor delictivo de las drogas y el tráfico humano. Si, ambas realidades están interconectadas y se entremezclan, pero no son la misma cosa. Cuando salimos de la Estación de la Patrulla Fronteriza una voz interna me golpeaba el corazón preguntando, “¿Qué habría hecho Jesús en medio de estas situaciones?”